
En este rincón quiero agradecer todo lo que ha marcado mi vivir
Mi familia, mis padres mis hermanos, cuñados y sobrina, que me arraigan a unas raíces de un lugar llamado Aragón, donde vivo, estoy enraizada y estoy orgullosa de ello.
Mi caballo Hanny, que durante quince años fue mi gran maestro, me enseño a disfrutar de la naturaleza en todas las estaciones, a ver gnomos, hadas y duendes, a hablar con ellos y darme cuenta de que la Naturaleza Mágica me cuida y es mi aliada
Mi pero Dan, que tras quince años decidió que ya me había enseñado todas las caminatas que teníamos que hacer juntos y se fue dejándome una herencia de saber leer el brillo en los ojos de los perros, la ternura y la lealtad-
A Augusto Madalena, que como director de Escuela Rolando Toro de Zaragoza, metió el germen en mi de la Biodanza y mi cuerpo y mi alma lo aceptó.
A todos mis compañeros de Biodanza, a todos los que he ido conociendo y conoceré, por que sin ellos mi destino no tendría recorrido
A Rosa Casas, amiga, compañera, que me guía y me quiere allí donde este.
A Emilio Fiel, Miyo, que con sus cursos, cánticos y bailes concheros, me ha enseñado a hablar, pedir permiso a los elementales, sacralizar y adorar a la Naturaleza
A Paco mi compañero de camino que me ha dado una estabilidad afectiva y me hace sentirme querida y amada cada noche y dia que pasa.
Agradezco a la Biodanza los cambios de concepción de vida que me ha proporcionado, donde gracias a ella pienso en conceptos colectivos y no individuales, donde si es bueno para mi lo es para los demás y donde me he dado cuenta que ya no necesito competir, porque si soy bueno en lo que hago tengo mi propio espacio, sin hacer demostraciones de valor y eso aligera mi pensamiento y propulsa mi alegría de vivir.
A todos los que vienen a clases y confían en mi y en la Biodanza, por todo lo que aprendo con cada una de las clases.
Simplemente a todos, Gracias por cruzaos en mi camino.